En esa silla me quieres sentar, en esa que quiero olvidar, el puesto que voy a detestar, quiero vaciar esa silla , de mi ser y del tuyo, y empezar a caminar , necesito olvidar su existencia sin comprender nada más, como cuándo estaba debajo de nuestra mesa, la usábamos con felicidad, o cuando en ella te sentabas mientras cerrabas tus parpados y no recordábamos el tiempo ni la muerte ni el sol, ni la lluvia, ni la luna, ni el viento, ni aquello que sostenía aquella silla que alguien debe ocupar no hay que espaciar la búsqueda, sólo debo hallar el hacha y partirla a la mitad, pero en esa silla te bese y te ame, me hiciste olvidar este mundo , esa silla a veces fue una cama y otras veces, un mundo entero para andar, otras veces esa silla fue una mesa y cuantas cosas más a veces un salón de baile, con tu música sin la mía, o al revés, sin saber de donde provenía esa madera ese cuero, ese clavo que unió a esa silla, sin saber porque llegó pero sí porque se irá